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El camino de la flor

"El camino de la flor no es lineal, no lleva a ninguna parte
mas que de regreso a Una misma y así ad infinitum,
para siempre comenzar, porque nunca se termina."
La maga
El cuerpo morada y la potencia de la demora

"Están las emociones sin duda, heridas al narcisismo seguramente. Ocurre que algunos pensamientos se arremolinan en la boca hasta que se hacen palabras que juegan con la lengua, que se mezclan con la saliva y que parecen estar a punto de empujar los labios, pero que deciden guardarse hasta el momento oportuno.
No era el momento oportuno, el cuerpo demora la emoción para hacerla digerible, comunicable. Entonces escribo y me distraigo de esas emociones intensas. Les doy tiempo. Mientras tanto, como se suele decir, permanezco dueña de mis silencios."
Eutonía, Susana Kesselman
Aquí Ahora

"Eso que ve todo acontecer y desacontecer y lo relata, siendo..."
Mujer Montaña...

Nací cerca del mar, una serpiente me trajo al mundo entre la arena. Me dio un nombre y me mandó a vivir. Conforme caminé por el sendero me encontré con la muerte varias veces y morí en pedazos y ya no me llamaba igual porque yo ya no era la misma. Cambió mi cuerpo y mi voz, cambió mi mirada y mi corazón, a veces duro, a veces blando
Y seguí caminando con mis diferentes nombres, con mis diferentes pasos. Fui mujer venado, mujer humo, mujer musgo, mujer cántaro. Y mi cabello creció y mis manos se hicieron más hábiles, tanto que pude tejer historias tanto con las gotas de lluvia como con los rayos del sol. Aprendí a usar máscaras y a sentir culpas y remordimientos, y luego tuve que desaprender todo eso.
Recorrí desiertos y floté a la deriva no una vez, sino mil veces. Y en mis naufragios encontré fantasmas que lloraron conmigo. Y me perdí y me encontré para perderme de nuevo. Me aferré a cadáveres y me solté de ellos.
Dancé entre las lunas y dormí entre los soles. Fumé muertes y sembré vidas. Soñé luciérnagas y viví entre moscas. Me convertí en mujer águila y abrí mis alas.
Fui mujer de manos morenas y sonrisa mestiza. Me desangré hasta vaciarme para llenarme de nuevo y me llamaron vacía, y me llamaron repleta.
Me defendí del mundo y me hice coyote. Y mostré mis dientes y destacé con mis garras, después lamí mis heridas y aprendí de mis batallas. Me llamaron salvaje o me llamaron guerrera.
Corrí en cuatro patas hasta entender que no podía escapar de mi y me abracé con fuerza, y me perdoné por todo y por nada. Por la nada y para la nada.
Descuarticé la ilusión de la materia, prendí fuego a los recuerdos y me mirè al espejo: Allí estaba yo, mujer niebla, mujer nube, mujer montaña observándose a si misma hacia dentro.
Texto: de Paola Klug, La Pinche Canela
La bruja

La bruja es una mujer que conoce a la naturaleza más que nadie. Conoce su magia y sus secretos y cómo usarlos para ayudar a las personas [...] la bruja escapa de un arbusto de zarzas, dejando atrás el manto gris de los prejuicios, para llegar a esa naturaleza hermosa y exuberante que ama. La naturaleza que bendice a sus amantes con el conocimiento y la sabiduría.
The Witch is a woman who knows Nature more than anyone else. She knows its Magic and its secrets and how to use them to help people [...] the Witch is escaping from a bush of brambles, leaving back the gray mantle of prejudice, to reach that beautiful and luxuriant Nature she loves. A Nature who blesses its lovers with knowledge and wisdom.
Ramylie Douglas
de Brujas, Diosas y Chamanas